Familia

Familia en Chile en Chile

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Concepto de Familia

Definición de Familia proporcionada por Roberto Alfredo González Maldonado: Conjunto de personas (descendientes, ascendientes, colaterales y afines), unidos por el vinculo de matrimonio, parentesco y adopción. Según lo que dispone el artículo 1 de la Constitución Política del Estado es el núcleo fundamental de la sociedad chilena.

La familia como comunidad de vida

Ya Aristóteles, y S. Tomás de Aquino le sigue en esto, definió la familia como la comunidad instituida por la naturaleza para el cuidado de las necesidades de la vida cotidiana (cfr. Política, 1,2,5). Con razón añade, invocando a los poetas, que los miembros de la familia son compañeros de mesa, o, según otra posible lectura del texto griego, compañeros de hogar. Aún hoy día, es la mesa común la que con más frecuencia une a los miembros de la familia que, a causa del trabajo (por lo general uno, con frecuencia ambos padres y aun los hijos mayores) o a causa de los estudios de los hijos que están en la edad correspondiente, pasan la mayor parte del día fuera de casa. Pero la familia no tiene una función menos importante en la satisfacción de otras necesidades humanas. Entre ellas se han de comprender, ante todo, las necesidades que se derivan del impulso a la alegría, al juego, a la- broma, al entretenimiento y a la expansión.

El encontrar medios y procedimientos para ello no habrá de poner a la familia en un aprieto, si está internamente sana; pues la naturaleza misma regala a los jóvenes esposos, como con razón se ha dicho, el juguete más precioso, el más noble y que jamás cansa: el niño. Y se puede decir, con igual derecho, que el niño ve también en sus padres jóvenes, y más tarde en sus hermanos, sus mejores compañeros de juego. Esto se compagina muy bien con una de las tareas más nobles de la familia; pues es una máxima la antigua sabiduría pedagógica que apenas ninguna otra cosa ofrece tantas posibilidades de educación como el juego.

Por lo demás, la comunidad de vida familiar ha de apagar la sed del hombre por las cosas que están por encima de la vida de cada día e impulsar sus esfuerzos hacia un intercambio espiritual, hacia lo bello, hacia la formación cultural, el compañerismo, y la hospitalidad. Los cuentos hogareños, las fábulas, las leyendas, el relato de historias tienen una destacada función a este respecto. Los cuidados de la vida en común de la familia para proporcionar a sus miembros, en los aspectos mencionados, todo aquello que es necesario, corporal y espiritualmente, para la vida cotidiana, podemos designarlos, en conjunto, bajo el término de educación familiar. La actitud humana y moral de los miembros de la familia entre sí y con relación a los valores fundados en los fines existenciales del hombre, y en los que únicamente puede encontrar éste lo mejor de sí mismo, es fundamental en este sentido. La educación familiar se expresa al exterior en las diversas formas del trato de los miembros de la familia entre sí, en su disposición para la ayuda mutua en la vida cotidiana, en el desprendimiento del amor de unos con otros, etc.

La educación familiar encuentra una fuerte protección en los usos y costumbres, en los que una parte de la educación familiar de un pueblo toma la forma de una firme tradición. La generación actual alimenta su educación familiar en los usos y costumbres, al mismo tiempo que puede actuar creadoramente en la educación familiar de la generación venidera, con tal de que ella misma posea una educación familiar viva. Por lo general, los usos y costumbres están en íntima unión con la religión, que es a su vez una parte esencial de la educación familiar, e incluso un fundamento imprescindible para la realización de sus valores esenciales.

La depreciación individualista y liberal de la familia y la sobrevaloración de las asociaciones de libre creación, ha tenido como consecuencia que los miembros de la familia, el padre, la madre, los hijos, se hayan sustraído en gran escala a la comunidad familiar a causa de su pertenencia a diversas organizaciones (sociedades, partidos, clubs y asociaciones deportivas) y de su consiguiente obligación a tomar parte en diversos actos. A esto se ha añadido las consecuencias del trabajo lejos de casa, frecuentemente con largos viajes de ida y vuelta. No pocas veces, la casa se convierte para los miembros de la familia tan sólo en un «lugar para dormir», todo el resto de su vida se desenvuelve fuera de la familia Se añaden todavía las instituciones modernas de mero recreo, el casino, la sala de baile, el cine, el local de variedades, etc., que sustraen mucho a la vida en común de la familia.

El proceso de descomposición se ha desarrollado más ampliamente donde se han dado influjos colectivistas en la evolución social. Recordemos el movimiento marxista-socialista y su potente fuerza expansiva, con la que ha logrado reunir a los jóvenes en sus organizaciones políticas y culturales y penetrarlos de su concepción de la sociedad. La consecuencia inmediata ha sido que el resto de la sociedad se ha visto forzada en medida creciente a servirse de organizaciones semejantes para contrarrestar los influjos liberales y socialistas.

Diversos grupos cristianos -y en ocasiones la misma autoridad eclesiástica- reaccionaron frente a esos influjos a través de la creación de amplias organizaciones, que realizaron una labor eficaz y dieran buen fruto; conviene no obstante anotar que esa no es tal vez la solución ideal, entre otras cosas porque puede hacer olvidar que uno de los más importantes fines de la pastoral social en la familia es el afianzamiento de sus vínculos y la construcción de sus fundamentos espirituales. Un ataque frontal a la familia lo llevaron a cabo después los Estados totalitarios: al forzar a la juventud a entrar en organizaciones juveniles estatales. Esto constituye una de las usurpaciones de más graves consecuencias de los derechos que no pertenecen al César; pues, con estas organizaciones, el Estado totalitario tiende a empapar a la juventud con su «fe» y con su concepción de la vida y de los valores, dejando aparte la desmoralización de la juventud por su educación para el espionaje y la delación de los miembros de su propia familia.

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